Repensar la educación

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Resumen

Ante la posibilidad de compartir otro número de la revista Ciencias pedagógicas en el contexto actual que vivimos la mayoría de las regiones motivó dedicar el editorial a compartir algunas impresiones de los maestros cubanos ante la covid-19 e ideas sobre la reapertura en Cuba, pasados los 100 días del confinamiento.

Esta etapa de la epidemia del Covid –19  tuvo para nosotros características peculiares. Recientemente  se elaboraron, en debate social, las bases políticas y el sistema de medidas para desarrollar el proyecto histórico del país. Se debatió en un proceso social muy amplio y abarcador de los diversos actores sociales hasta aprobarse en referendo una nueva Constitución, que en el presente sustenta un proceso de implementación legal en muchas esferas.

La participación de los cubanos en torno al proyecto social, no es un hecho reciente, se forjó en consultas populares, en participación activa, en debates científicos. Y esta etapa ¡lo vuelve a confirmar! La voluntad de continuar estos proyectos y estas políticas se reflejó en medio del Coronavirus. Esa voluntad popular de continuar desarrollando estrategias y creando nuevas condiciones según el contexto creado estuvo muy relacionada con la cohesión en torno al proyecto que seguimos.

Con tal voluntad popular la estrategia trazada fue posible y, además, se fortalecieron valores solidarios, de entrega a los que más lo necesitan, valores de respeto a la vida, a la diversidad de las familias y las culturas. Se han cultivado esos valores como pueblo, que en su vocación histórica sirve a la patria grande, y siente muy hondo que hacer Patria es aportar a la humanidad.

Las ciencias sociales y como parte de ellas la Pedagogía, revelaron la necesidad de una mayor integración interdisciplinar en la solución de estos retos de la epidemia y de la recuperación.

El vínculo entre los científicos y los decisores, al evaluar el curso de la epidemia, pronosticar su desarrollo en el tiempo, modelar cada etapa, determinar las medidas nacionales hizo posible emplear en cada sector de la sociedad el saber científico acumulado. Así se dieron cita, no solo los científicos dedicados a la obtención de medicamentos y el estudio médico de la enfermedad, sino que convergieron en un objetivo común matemáticos, geógrafos, físicos, sociólogos. Especial significado tuvo para el pueblo la labor desempeñada por especialistas y estudiantes de Psicología, quienes empleando diversidad de recursos tecnológicos llegaron a todo aquel que lo necesitó. No menos importante fue el rol desempeñado por el sector de la cultura quienes inundaron día a día las redes sociales convirtiendo, una vez más, el arte en la mejor medicina.

Especial significación tuvo el rol desempeñado por los especialistas en comunicación en sus diversas expresiones, quienes con múltiples campañas fueron marcando pautas en el comportamiento de la población.

En esta integración primó la voluntad del gobierno cubano de salvar vidas, pero también el compromiso de todo un pueblo para reducir las consecuencias de la enfermedad. Aun cuando la crisis en el mundo y la región se acrecentó el pueblo cubano optó por brindar salud y esperanza al mundo.

En el ámbito educativo una de las certezas que dejó este tiempo de aislamiento es que se carece de suficiente preparación y recursos tecnológicos para ofrecer un programa de educación a distancia o de educación en línea. La emergencia ha puesto a todos frente a un reto cultural y metodológico.

A pesar de ello, a nivel nacional disímiles estrategias emergieron y apenas una semana después los docentes, estudiantes y familias ya estaban recibiendo orientaciones vía televisiva, la de mayor alcance en la isla, las cuales se fueron extendiendo paulatinamente a las diversas enseñanzas que existen para la formación de nuestros educandos.

No fueron pocas las opciones: programas televisivos, mayor acceso a la gran plataforma CubaEduca, forodebates, teleconferencias y videoconferencias con directivos, docentes y especialistas de los diversos niveles educativos. Aplicaciones para teléfonos móviles con las clases y materiales elaborados por los docentes, el Repasador en línea, así como un sinnúmero de sitios digitales dedicados a la orientación a docentes, familias y estudiantes para mantener las clases en casa.

A ello se unió la creatividad de quienes su vocación inquieta los compulsó a buscar alternativas, muchas, ni siquiera las habíamos pensado en función de la docencia. Las limitaciones económicas y tecnológicas marcaron la manera de hacer pero siempre hubo una respuesta: vía telefónica, grupo WhatsApp, email, redes sociales. Los maestros cubanos mostraron que cuando de los educandos se trata, la alternativa siempre será seguir labrando el camino.

Especial significación tuvo en esta etapa la inclusión, en las actividades televisivas, de intérpretes de lenguas de señas con lo cual se garantizó llegar también a los educandos con esta discapacidad. A pesar de ello queda la insatisfacción de que por la vía televisiva no siempre se puede atender a la diversidad en todas sus manifestaciones.

Por otro lado, originó que familiares tuvieran que involucrarse de manera más activa en la dinámica escolar de sus hijos, especialmente de los más pequeños. En Cuba existen políticas de atención a las familias y experiencias sobre cómo consolidar el trabajo entre estas y la institución educativa. Las Escuelas de Educación familiar han ganado su espacio por su aporte a la preparación de los padres; sin embargo, la emergencia demostró la realidad de que aún quedan vestigios de una época de ruptura entre la escuela y la familia en que toda la responsabilidad se le adjudicó a la escuela.

Pero ahora, previo a una posible apertura de las instituciones educativas y el esperado reencuentro, emerge lo mejor de la pedagogía cubana basada en los principios martianos y de otros educadores que pusieron siempre en el centro de la educación al estudiante. Se impone así un reencuentro con el empleo de múltiples métodos de acceder al estado real de los educandos, docentes y estudiantes.

A nuestro juicio, así como lo más importante durante el aislamiento social fue salvar vidas, ahora se trata de cuidar y proteger la salud emocional de estudiantes, docentes, familias y trabajadores en general. El entusiasmo, la motivación que pongamos para el reencuentro será esencial para volver a poner a prueba las habilidades y contenidos del currículo escolar. Estamos en tiempos en que la resiliencia debe ser tema de debate para la comunidad educativa.

Después de la pandemia, para no pocos especialistas, han cobrado un significado especial la solidaridad, el humanismo, la entrega desinteresada. Y en ello los cubanos tenemos profundas experiencias de cuánto puede hacerse cuando lo principal que se tiene es el compromiso y la voluntad de hacer. Somos un país en el que se conjugan los intereses del estado con los del pueblo. El reto nos hizo cruzar fronteras políticas, sociales y culturales y una parte significativa de la humanidad sobrevivió gracias al empeño de hombres y mujeres que decidieron servir a su país, servir a la humanidad.

Atender a los estudiantes como ser bio-psico-social es prioridad para escalar a metas superiores. Atenuar el estrés, la ansiedad, la angustia generada puede ser el punto de viraje y el inicio de una nueva etapa de reevaluación de saberes y aprendizajes adquiridos.

Un segundo escalón podría ser enfocarnos en qué contenidos nuevos recibieron, cuáles sistematizaron, en cuáles están las dificultades y dudas. Un diagnóstico de este estado no exige necesariamente una evaluación, todo lo contrario, es el momento de retomar una de las funciones de docente, la de investigador permanente de su realidad. Para ello puede hacer entrevistas individuales y/o grupales, emplear juegos didácticos, revisar las notas de los estudiantes, observar activamente cada una de las conductas de los estudiantes e intercambiar con familiares. 

Tenemos que pensar en un rediseño del currículo ajustado a lo que es prioridad en las asignaturas y las formas de evaluarlas, para ello no faltarán las novedosas ideas surgidas en la pandemia y que por su impacto se pueden seguir empleando. Hoy existen mayores posibilidades para la construcción de un currículo institucional ajustado a las condiciones y característica de cada institución educativa. Así mismo pueden aportar a este estudiantes, docentes y familias, de modo que responda a las necesidades, intereses y potencialidades de estos.

Urge retomar y trabajar con mayor experticia en la integración de contenidos. Si bien existen experiencias en la concreción de las relaciones interdisciplinarias, no es menos cierto que se preparan pocas veces este tipo de actividad entre los docentes y con los estudiantes. Trabajar con la integración de contenidos que respondan a un eje común es una opción viable en aras de sistematizar y volver a aquellos elementos tratados.

La emergencia nos puso ante la disyuntiva de cómo continuar un curso escolar después de  meses sin visitar los predios docentes y si bien perdimos una dinámica y una forma de hacer, hoy hemos comprendido mejor la necesidad de los procesos fundamentales que se desarrollan en la escuela y la necesidad de seguir perfeccionando el Sistema Nacional de Educación.

La situación creada por la pandemia y las experiencias que se venían desarrollando en el país como parte del Tercer perfeccionamiento no son antagónicas. La concepción curricular que se ha venido consolidando aporta elementos claves para la organización de un curso escolar diferente. Es necesario acudir a currículo institucional más integral, flexible, contextualizada y participativa. Hoy es más urgente que nunca contextualizar las políticas del organismo central a las condiciones actuales que tiene cada centro y su comunidad educativa.

En este sentido,  la atención a las familias tiene un carácter popular, en ella actúan las organizaciones de masas, a nivel de cada comunidad.

Los investigadores cubanos indagan interdisciplinariamente los temas sensibles de los hogares cubanos. Periódicamente socializan sus resultados en beneficio de las madres y padres, también de los educadores.  Desarrollan modalidades de ayuda y orientación a todas las familias y de forma directa a los más vulnerables.

Se enfatiza desde la ciencia la calidad de esa relación entre padres y maestros, tan necesaria para el logro de la corresponsabilidad de ambos en la preparación de las niñas, niños y adolescentes para la vida.

En este terreno la Epidemia llevó a presentar por los medios de difusión ejemplos admirables de familiares que aseguraron el cuidado de todos en sus hogares, en un clima optimista. Dieron atención a los intereses y habilidades infantiles en el estudio, los prepararon para el regreso a las aulas en nuevas condiciones. Gracias al empleo del saber científico acumulado en este campo se avanzó en la recuperación del protagonismo de las familias en la educación.

Por otro lado para no pocos especialistas de la región la dinámica del proceso de enseñanza-aprendizaje debe alzar estrategias diferentes, donde la educación a distancia y la educación en línea tienen un rol esencial. El aprendizaje desarrollador que queremos consolidar nos da las herramientas y contenidos, este es el camino. Sin embargo en el eje central de todas las propuestas, antes y después del contexto vivido, sigue estando la preparación de los docentes para integrar estas herramientas en un objetivo común, la formación integral de los educandos. El trabajo docente-metodológico es esencial en la organización y preparación de los docentes y especialistas para enfrentar una etapa de adecuaciones, ajustes y rediseños de la evaluación escolar.

La informatización de nuestro país urge para el sector educativo. Hoy nos replanteamos la necesidad, en primer término, de tener docentes más preparados en las tecnologías de la información, plataformas de mayor alcance que permitan no solo ofrecer información sino establecer comunicación directa y en tiempo real.

Motivados por la situación actual no son pocos los investigadores que en la región y en el mundo se han pronunciado sobre la educación en situaciones de pandemia. Cuba, no es la excepción y por esta vía nos complace presentar,  dos trabajos dedicados al enfrentamiento de la educación en la pandemia, con la satisfacción de pensar siempre en cómo llegar a todos nuestros educandos a partir de considerar una escuela abierta a la diversidad y comprometida con una inclusión responsable.

En este sentido varias propuestas son representativas de la atención a la diversidad en sus más disímiles formas: el tratamiento a la discapacidad intelectual, el trastorno del espectro autista y la atención al estudiante talento, este último con la colaboración de un pedagogo norteamericano.

Especialistas de Ecuador y España  dejan su impronta, y lo hacen mostrando experiencias en las reformas curriculares y en la pedagogía de la danza, respectivamente. Este último caso es un título sin precedentes en nuestra publicación por lo que les sugerimos el trabajo con el entusiasmo y el deseo con que lo recibimos.

Se suman a estas propuestas un trabajox dedicado al líder histórico de la Revolución cubana, faro y guía de la Revolución cubana; y como es habitual siempre está la oportuna referencia al estudio del idioma materno. A ello se unen el abordaje de dos temáticas con poca referencia en nuestras ediciones, la educación de jóvenes y adultos y una visión de la didáctica de la formación de docentes en las escuelas pedagógicas cubanas.

Aun cuando se recrean una diversidad de temáticas, sin lugar a dudas es un número con un amplio contenido dedicado a la Educación especial, enseñanza a la que se le presta especial atención en el Sistema Nacional de Educación y en la que Cuba muestra excelentes resultados.

De esta forma, en la sección “Títulos al descubierto” se consideró oportuno compartir una de las obras más consultadas sobre la educación especial. Marcó pautas en la comprensión y desarrollo de esta educación en Cuba, expertos de larga trayectoria exponen temáticas que constituyen referentes para docentes y especialistas del área.

Sin más, ponemos a juicio de los lectores las propuestas con la aspiración de poder contar con sus criterios y opiniones.

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Publicado

2020-07-10

Cómo citar

admin, admin. (2020). Repensar la educación. CIENCIAS PEDAGÓGICAS, 13(2), 1–6. Recuperado a partir de https://www.cienciaspedagogicas.rimed.cu/index.php/ICCP/article/view/236

Número

Sección

Editorial